Informe de la OMC examina el impacto de la pandemia de COVID-19 en las pequeñas empresas
La Secretaría de la OMC ha publicado una nota informativa que analiza cómo las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) están siendo afectadas por la pandemia COVID-19. Señala el impacto de las interrupciones de la cadena de suministro en las MIPYME y el grado en que las pequeñas empresas están representadas en los sectores económicos más afectados por la crisis.
El informe señala que las interrupciones de la cadena de suministro pueden tener un impacto particularmente severo en las MIPYMES porque el abastecimiento de nuevos proveedores o la absorción de aumentos de precios es más desafiante para una empresa más pequeña con opciones de suministro y capital limitados.
El informe analiza una amplia gama de medidas tomadas por los gobiernos para apoyar a las MIPYME. Estas incluyen medidas para abordar los problemas de flujo de efectivo, ampliar las oportunidades comerciales para las MIPYME y hacerlas más resistentes. Según el informe, 44 miembros de la OMC habían introducido tales medidas a fines de abril de 2020.
La nota describe cómo el comercio internacional brinda a las MIPYME oportunidades para diversificar las fuentes de ingresos y navegar mejor la crisis de COVID-19.
Esboza que el trabajo en la OMC puede apoyar a las pequeñas empresas promoviendo la importancia de la transparencia, facilitando el intercambio de mejores prácticas, destacando la necesidad de un mayor acceso a la financiación del comercio y alentando la plena aplicación del Acuerdo de Facilitación del Comercio de la OMC.
Puntos clave
Las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) son la columna vertebral de muchas economías, representan el 95 por ciento de todas las empresas en todo el mundo y representan el 60 por ciento del empleo.
Muchas MIPYMES dependen del comercio internacional para sus actividades, ya sea porque exportan sus productos a través de canales directos o indirectos, o porque importan insumos para fabricar los productos que venden en el país. Son los principales empleadores de mujeres y jóvenes, y un motor clave de la innovación.
Las MIPYMES están particularmente expuestas al impacto económico de la pandemia COVID-19 debido a los limitados recursos financieros y la capacidad de endeudamiento, y debido a su presencia desproporcionada en los sectores económicos afectados por las medidas de distanciamiento social y las interrupciones del transporte. Las MIPYMES también están particularmente expuestas a restricciones comerciales de productos agrícolas.
Cuando las MIPYMES están altamente integradas en las cadenas de valor globales (CGV), las interrupciones de la cadena de suministro pueden crear un riesgo existencial para los importadores y exportadores de MIPYME, ya sea debido a la escasez de partes necesarias o por choques en la demanda.
Los desafíos relacionados con la pandemia se suman a los obstáculos comerciales existentes y bien conocidos que enfrentan las MIPYME y, por lo tanto, socavan el progreso hacia un comercio más inclusivo.
Los gobiernos han introducido principalmente medidas de estímulo urgente y de respaldo para las MIPYMES, como el apoyo de liquidez para abordar los problemas de flujo de efectivo, con el objetivo de preservar los empleos y garantizar la continuidad del negocio, así como medidas para ampliar las oportunidades comerciales para las MIPYME. Algunos gobiernos también han introducido medidas destinadas a desarrollar la capacidad de recuperación de las MIPYMES y desarrollar su capacidad para superar las futuras conmociones en la demanda y las cadenas de suministro.
Para limitar el impacto de la crisis actual en las MIPYMES y desarrollar su capacidad de recuperación, es fundamental que las MIPYMES tengan un mejor acceso a la información reguladora y de mercado y al financiamiento comercial asequible, así como a procedimientos y requisitos aduaneros simplificados. Un mayor uso de herramientas digitales y comercio electrónico también beneficiaría a las MIPYME.
La OMC puede contribuir a apoyar a las MIPYME de varias maneras, tales como: a través de mecanismos de transparencia en los comités y órganos de la OMC, así como en el Grupo de Trabajo Informal sobre MIPYMES; a través del intercambio de buenas prácticas en términos de medidas de apoyo a las MIPYME; a través de la plena implementación del Acuerdo de Facilitación del Comercio; a través de esfuerzos continuos para mejorar el acceso de las MIPYME a la financiación del comercio; mediante el aprovechamiento de mercados de contratación transparentes, justos y abiertos; y apoyando los esfuerzos de digitalización del comercio, incluso mediante el desarrollo de reglas de comercio electrónico.
El informe analiza una amplia gama de medidas tomadas por los gobiernos para apoyar a las MIPYME. Estas incluyen medidas para abordar los problemas de flujo de efectivo, ampliar las oportunidades comerciales para las MIPYME y hacerlas más resistentes. Según el informe, 44 miembros de la OMC habían introducido tales medidas a fines de abril de 2020.
La nota describe cómo el comercio internacional brinda a las MIPYME oportunidades para diversificar las fuentes de ingresos y navegar mejor la crisis de COVID-19.
Esboza que el trabajo en la OMC puede apoyar a las pequeñas empresas promoviendo la importancia de la transparencia, facilitando el intercambio de mejores prácticas, destacando la necesidad de un mayor acceso a la financiación del comercio y alentando la plena aplicación del Acuerdo de Facilitación del Comercio de la OMC.
Puntos clave
Las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) son la columna vertebral de muchas economías, representan el 95 por ciento de todas las empresas en todo el mundo y representan el 60 por ciento del empleo.
Muchas MIPYMES dependen del comercio internacional para sus actividades, ya sea porque exportan sus productos a través de canales directos o indirectos, o porque importan insumos para fabricar los productos que venden en el país. Son los principales empleadores de mujeres y jóvenes, y un motor clave de la innovación.
Las MIPYMES están particularmente expuestas al impacto económico de la pandemia COVID-19 debido a los limitados recursos financieros y la capacidad de endeudamiento, y debido a su presencia desproporcionada en los sectores económicos afectados por las medidas de distanciamiento social y las interrupciones del transporte. Las MIPYMES también están particularmente expuestas a restricciones comerciales de productos agrícolas.
Cuando las MIPYMES están altamente integradas en las cadenas de valor globales (CGV), las interrupciones de la cadena de suministro pueden crear un riesgo existencial para los importadores y exportadores de MIPYME, ya sea debido a la escasez de partes necesarias o por choques en la demanda.
Los desafíos relacionados con la pandemia se suman a los obstáculos comerciales existentes y bien conocidos que enfrentan las MIPYME y, por lo tanto, socavan el progreso hacia un comercio más inclusivo.
Los gobiernos han introducido principalmente medidas de estímulo urgente y de respaldo para las MIPYMES, como el apoyo de liquidez para abordar los problemas de flujo de efectivo, con el objetivo de preservar los empleos y garantizar la continuidad del negocio, así como medidas para ampliar las oportunidades comerciales para las MIPYME. Algunos gobiernos también han introducido medidas destinadas a desarrollar la capacidad de recuperación de las MIPYMES y desarrollar su capacidad para superar las futuras conmociones en la demanda y las cadenas de suministro.
Para limitar el impacto de la crisis actual en las MIPYMES y desarrollar su capacidad de recuperación, es fundamental que las MIPYMES tengan un mejor acceso a la información reguladora y de mercado y al financiamiento comercial asequible, así como a procedimientos y requisitos aduaneros simplificados. Un mayor uso de herramientas digitales y comercio electrónico también beneficiaría a las MIPYME.
La OMC puede contribuir a apoyar a las MIPYME de varias maneras, tales como: a través de mecanismos de transparencia en los comités y órganos de la OMC, así como en el Grupo de Trabajo Informal sobre MIPYMES; a través del intercambio de buenas prácticas en términos de medidas de apoyo a las MIPYME; a través de la plena implementación del Acuerdo de Facilitación del Comercio; a través de esfuerzos continuos para mejorar el acceso de las MIPYME a la financiación del comercio; mediante el aprovechamiento de mercados de contratación transparentes, justos y abiertos; y apoyando los esfuerzos de digitalización del comercio, incluso mediante el desarrollo de reglas de comercio electrónico.