RÍO GRANDE, CHUBUT, RÍO NEGRO

RÍO GRANDE, CHUBUT, RÍO NEGRO

Cómo se trabaja en el sur argentino

Los referentes de esas tres corresponsalías patagónicas repasan los ejes de su trabajo y comentan cómo están posicionados los despachantes de cara a un contexto áspero para las economías regionales.

Al sur del sur, donde los vientos no ofrecen tregua y la belleza del paisaje quita el aliento, los despachantes buscan ponerle el pecho a la crisis de las economías regionales. La situación es dispar según las zonas: mientras Chubut se beneficia con el incipiente movimiento que generan los proyectos de energía eólica y Neuquén deposita sus esperanzas en lo que pueda llegar a acontecer alrededor de Vaca Muerta —un proyecto que por cierto no está exento de polémicas—, Río Negro sufre con la caída en las ventas internacionales de fruta fresca y Río Grande padece el doloroso parate de las industrias de Tierra del Fuego. La región sufrió además otro golpe: la eliminación de los reembolsos para las exportaciones a través de puertos patagónicos, que terminó de concretarse a fines de 2016.

Viento en contra
“En Río Grande, somos 11 asociados en total, ya que este año hubo dos estudios que cerraron sus oficinas”, abre el fuego Susana Sanabria, presidenta de la corresponsalía más austral del país, donde trabaja junto a María Emilia Fasanelli (secretaria), Alejandro Araujo (tesorero), Gustavo Poleri (vocal) y Ana Giordani (revisora de cuentas). Esta representación inició sus actividades en 2009 y desde entonces fue liderada por Sanabria durante cuatro mandatos, mientras el equipo fue rotando en el resto de los roles.

“Como corresponsalía, tuvimos el apoyo de la comisión directiva nacional: lo que prometieron el presidente Enrique Loizzo y el resto de los integrantes —que era integrar al interior en todos sus aspectos—, se cumplió. En 2018, vino Loizzo con Walter Gazek y Miguel Galeano, y este último ofreció un curso sobre valoración que resultó muy satisfactorio para los asociados”, dice Sanabria. Tierra del Fuego opera bajo un régimen particular, conocido como área aduanera especial. “Por ende, no tenemos mayores inconvenientes. En la provincia hay dos aduanas con operatividades distintas: por un lado está la de Ushuaia, que tiene puerto, depósito fiscal y una aduana domiciliaria; y por otra, la de Río Grande, que tiene dos zonas primarias, dos aduanas domiciliarias y el resto de operadores en planta”, explica la representante del CDA.

Respecto de la producción provincial, detalla: “La mayoría de las industrias electrónicas, de textiles y plásticos está en Río Grande, aunque en Ushuaia también hay empresas y están las pesqueras, además de tener mucho movimiento turístico. Y tanto desde Río Grande como desde Ushuaia salen recursos naturales, como madera, turba, lana procesada y también agua mineralizada que se produce en Tolhuin. Además, tenemos recursos petrolíferos y de gas, que en su momento generaron mucho trabajo; pero hoy no hay nuevas exploraciones de pozos. Es otro sector que se ve comprometido con la crisis. Por otro lado, se comercializan desechos y desperdicios —de cartón y plástico— y restos de pet molidos, para los envases de gaseosas. Todos los productos terminados y fabricados en Tierra del Fuego que se envían del área aduanera especial hacia el continente, salvo los regionales, adquieren la forma de una importación. Y también hay una fábrica que vende a Uruguay y Estados Unidos los silos plásticos que se usan en el campo para acopio de granos”.

Susana Sanabria Susana Sanabria
Andrés Elorriaga, e integrantes de la comisión directiva Andrés Elorriaga, e integrantes de la comisión directiva

Alberto Dotto Alberto Dotto

Tanto para ingresar productos a la isla como para exportarlos, existen dos vías: la terrestre, por camión, y la marítima, por el puerto de Ushuaia. “En su momento, Famar Fueguina (una empresa que produce auto radios) también exportaba. Pero acá la industria está muy parada —lamenta Sanabria—. Hoy el principal problema es que no hay trabajo. Los despachantes de electrónica en general tuvieron que despedir gente y siguen reduciendo personal porque las fábricas no trabajan. Este proceso complicado para la industria de la zona no es de ahora, pero estos últimos años han sido peores… Al no haber ventas, no se puede fabricar. La producción industrial no está favorecida”.

Vientos más benévolos
Para los despachantes de Chubut, el panorama luce algo más estimulante. Esta representación, que había estado acéfala durante unos años, reabrió oficialmente en diciembre de 2018, luego de la aprobación de la asamblea ordinaria del CDA en Buenos Aires, aunque la gente de la nueva comisión directiva ya venía trabajando desde fines de 2017. “Nuestra corresponsalía congrega a unos 12 despachantes de Puerto Madryn y 6 de Comodoro Rivadavia. Nuestro objetivo principal es generar un espacio en el que tengan representación todos los despachantes de la zona, agruparnos y ante una eventual problemática tener una estructura que nos represente. Y sumado a eso, involucrarnos en la organización de eventos para todo el sector de comercio exterior. El año pasado organizamos un taller de OEA con la gente de la Aduana. Y luego otro taller sobre un sistema de cargas consolidadas y contenedores compartidos con una empresa de logística que vino de Buenos Aires —cabe acotar que desde Madryn no sale ninguna carga de exportación directa al exterior; y lo mismo ocurre con la importación: las navieras hacen trasbordo en Montevideo o en Río Grande do Sul—. Por otro lado, del 4 al 6 de abril de este año se hará en Madryn la primera exposición y encuentro de vinculación empresarial y negocios de la Patagonia, y la comisión directiva del CDA aprobó nuestra participación con un stand”, comenta el flamante presidente, César Andrés Elorriaga, que integra la comisión directiva junto a Alejandro Caminoa (secretario), Fernando Terraza (tesorero), Leonardo Domínguez y Gustavo Vandam (vocales), Graciela Molina (revisora de cuentas) y Alberto Maurette (revisor de cuentas suplente).

“El puerto de Madryn tiene bastante movimiento con el tema de la energía eólica; se están importando muchos parques eólicos. Y también efectos navales para buques, aunque esto no tiene una frecuencia regular. Luego, es permanente la actividad del sector pesquero: el producto que más se exporta es el langostino —a Europa fundamentalmente—, y también merluza, abadejo, calamar. De hecho, hay tanta demanda de estos productos que falta espacio físico en puerto. Disponemos de contenedores, pero no tenemos donde enchufarlos, aunque la gente del puerto está trabajando en una nueva plazoleta donde habrá unos 100 tomas a disposición. Por otro lado, se exporta aluminio de Aluar a Europa, Estados Unidos y Asia”, detalla Elorriaga. Según sus cálculos, el movimiento de exportación acapara 75% de la actividad. Las aduanas de la provincia son tres: Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn y Esquel. “El movimiento es fundamentalmente marítimo, pero en Trelew hay plantas de Coca Cola que exportan al sur de Chile. Además, se despacha lana ovina procesada a Bolivia y Brasil, y todo esto va por camión”, apunta.

Vientos cruzados
Si bien la corresponsalía de Río Negro tiene su sede en la ciudad de Villa Regina, en los hechos representa tanto a los 25 socios que residen en esa provincia como a los 6 que residen en Neuquén. Su presidente es Alberto Dotto, que está al frente de un equipo de trabajo integrado por Natalia Muguerza (vicepresidenta), Gustavo Peche (secretario), Alejandro Burgos (prosecretario), Martin Sukarivicius (tesorero) y Mirta Comesaña (revisora de cuentas). “Hacemos las reuniones vía Skype, porque yo vivo en San Antonio Oeste, el secretario en General Roca, el tesorero y la vicepresidenta en Neuquén y la revisora de cuentas en Bariloche. La mayor dificultad que tenemos son las distancias, lo que hace que por ejemplo para las capacitaciones recurramos al e-learning o a la videoconferencia. No obstante, la corresponsalía nos nuclea y nos mantenemos comunicados. Si alguien tiene una dificultad, como ha ocurrido en más de una oportunidad, tratamos de asistirlo”, comenta Dotto.

Refiere también que en los años recientes el proyecto de trabajo se centró en mantener una fluida comunicación con los socios, informarlos sobre normativas y asistirlos en caso de necesidad. Y añade: “Nos propusimos también estar comunicados con las autoridades centrales, de aduana y terceros organismos, organizar eventos y alianzas estratégicas con cámaras y universidades y hacer seminarios de capacitación virtuales y presenciales. En Neuquén, se hicieron dos seminarios OEA, uno conjuntamente con la Aduana y el otro organizado por el depósito fiscal de Centenario. Además, participamos de distintos encuentros nacionales”.

Dotto afirma que la situación de ambas provincias es dispar: “Mientras Rio Negro atraviesa una compleja situación con las economías regionales, en Neuquén se avizora un interesante movimiento relacionado con el gas y el petróleo, con un incremento de la importación de maquinaria, repuestos e insumos para el proyecto de Vaca Muerta. En Río Negro y el Alto Valle se observa una fuerte merma en la actividad. El problema de las economías regionales viene de larga data. En 2007 se registró el mayor volumen de exportaciones: alrededor de 500.000 pallets (unas 500.000 toneladas de fruta). Pero a partir de ese año empezó a disminuir. Y en 2018 fueron exportados 168.000 pallets. Durante este lapso, muchas chacras cerraron…”.

En la zona la actividad es esencialmente exportadora, concentrada en los despachos de peras y manzanas, algo de durazno, ciruela y uva, que tienen como principal mercado a Brasil, con aproximadamente la mitad del total. El socio mayor del Mercosur es también el mercado más importante para las ventas externas de hortalizas, en particular tomates y cebolla, mientras las frutas finas —frambuesa, guinda y frutilla— se dirigen a Estados Unidos y Europa. En menor escala, Río Negro exporta jugos concentrados, vinos finos, frutas secas y lana, aunque estos tres últimos productos salen por otras provincias.

En San Antonio Oeste, hay un puerto de aguas profundas que tiene movimiento temporal, en enero-febrero y en mayo-junio, que es cuando sale la fruta fresca a Estados Unidos, a varios países de Europa, a Rusia y en menor medida a Medio Oriente. También por vía marítima, aunque por Chile, salen productos que recalarán en puertos de la costa oeste, básicamente de Perú, México y Estados Unidos. En cambio, a Brasil va todo por camiones, que son cargados en Regina y en el depósito fiscal de Centenario.